En el proceso de construir el relato artístico para la movilidad, en tercer lugar se deberá responder a la pregunta “por qué lo hacemos”.
Aunque la economía neoliberal presiona por todos los costados para que se elijan modelos de trabajo o emprendimiento que prometen una vida acomodada, en el caso de la cultura y de las personas que han elegido este camino, los altos ingresos y el beneficio económico no suelen ser el principal factor decisorio. De esta manera, responder a “por qué lo hacemos” pasa a ser, en el sector cultural, un argumento de peso, complejo y diferenciado, necesario para construir el relato artístico para la movilidad.
Precisamente, la dedicación a las artes y a la cultura no garantiza pasar una vida sin aprietos económicos; es bien conocida la precariedad económica de la inmensa mayoría de artistas y trabajadores y trabajadoras de la cultura. Así, en el momento de construir el relato artístico para la movilidad, en general, para definir el apartado “por qué lo hacemos” se tienen en cuenta otros elementos más allá de los puramente económicos. Cabría señalar que este punto es el principal que diferencia el sector cultural y artístico de otros con vocación mercantil y de negocios. Con todo, hay que tener también en cuenta que el sector cultural debe buscar siempre su propia sostenibilidad y, por tanto, necesita del rendimiento económico para su subsistencia -esto no significa que la económica sea su motivación principal.
En el mundo de las artes, especialmente en el sector sin ánimo de lucro –aunque muchas veces también en el comercial- en la respuesta a “por qué lo hacemos” intervienen factores de tipo social, educativo, estético, intelectual o de crecimiento personal y profesional. En general, los argumentos se pueden considerar de tipo político y de desarrollo personal, antes que económicos. En este sentido, se entiende por argumentos políticos aquellos que consideran la política como garantía del bien común de las personas y comunidades. En el desarrollo personal intervienen factores relacionados con una mayor profundización en el conocimiento y experimentación de nuevas formas de expresión. La cultura, sea subvencionada o no, mantiene, por lo general, un cierto deseo de devolución a la sociedad de aquello que le ha proporcionado. Curiosamente este argumento basado en devolver se da más en los relatos de artistas o proyectos culturales que empiezan y no en aquellos que ya tienen una trayectoria consolidada. Los relatos artísticos de proyectos consolidados ponen más el acento en su propia trayectoria y los reconocimientos recibidos que no en la aportación de su arte al conjunto de la sociedad y al desarrollo personal. No obstante así, este será un elemento que no deberá olvidarse, incluso si la vida profesional te sonríe con fama y buenos ingresos económicos.
Argumentos de tipo directamente políticos y sociales serían, por ejemplo: “Generamos emociones para mejorar el mundo a través de las artes escénicas” (Viu El Teatre) o “Alegría y revuelta! Música para cambiar el mundo” (Txarango), también “Obras de creación colectiva con una cuidada puesta en escena, donde la reflexión social y la necesidad de un encuentro cercano con el público siempre han sido fundamentales” (Maquinant Teatre) o “… to forge the unexplored creative realms that will contribute to the advancement of art and society” (Rhizomatiks). Más específicamente ligado a los valores educativos de las artes sería el siguente: “Committed to providing opportunities for professional development and education” (Monteverdi Ensembles) o este otro del Proyecto Chapitô de Lisboa: “É da sua história (delicada, complexa, irreverente) incluir para formar; formar para profissionalizar; profissionalizar para activar a sociedade civil com as artes”. (Projecto Chapitô). En el campo más directamente artístico o innovador PanicMap expone: “Comprometidos con la innovación, articulamos la narrativa, el cuerpo, el espacio y el dispositivo digital en las artes escénicas” (PanicMap).
Estas motivaciones que definen “por qué lo hacemos”, son imprescindibles para acceder a circuitos de alta exigencia artística. Las direcciones artísticas de festivales o centros artísticos de referencia demandan que las propuestas artísticas vayan acompañadas de la justificación de los valores culturales y públicos que interpelan. Evidentemente en circuitos comerciales y de entretenimiento no se tienen tan en cuenta los valores culturales ya que la motivación es económica. Aun así, en algunos casos, también se utilizan en la comunicación algún tipo de valores ligados al bienestar puntual e individual momentáneo. Por ejemplo, una productora de espectáculo comercial manifiesta entre sus motivaciones “… conseguir que cada visitante que entra a sus teatros tenga una experiencia única e irrepetible” (Stage Entertainment).
Comparando las metodologías para el diseño de proyectos que utilizan las escuelas de negocios, responder a “por qué lo hacemos” en los relatos del sector cultural, estaría relacionado con el concepto de “Visión” con que se inicia la definición de los proyectos del mundo de los negocios. Así, si en la gestión empresarial, la “Visión” establece qué problemas queremos resolver para un futuro mejor o cuáles son nuestros deseos y esperanzas, definir “por qué lo hacemos” en el mundo de la cultura, estará vinculado a analizar la realidad social y del individuo y como el arte y la cultura pueden intervenir y transformar estas realidades.
En el próximo capítulo de la construcción del relato artístico para la movilidad, se responderá a la pregunta “cómo lo hacemos”. Atención a las siguientes entregas.
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