En el proceso de construir el relato artístico para la movilidad, en cuarto lugar se deberá responder a la pregunta “cómo lo hacemos”.
La respuesta a “cómo lo hacemos” en el proceso de construir el relato artístico para la movilidad consiste en exponer, una vez más de manera sintética y diferenciada, los talentos, herramientas, habilidades o capacidades que las organizaciones o estructuras artísticas y culturales disponen para llevar adelante los proyectos que proponen.
En el caso de la creación artística, se expondrán los lenguajes o técnicas desarrollados por el colectivo o artista individual y que están presentes en sus obras. En este sentido, en muchos casos el lenguaje artístico utilizado parte de procesos de experimentación, únicos e irrepetibles, que muestran esta singularidad tan necesaria para diferenciarse de otros artistas que investigan por caminos similares. Como resultado de los procesos de experimentación artística y la obtención de resultados claramente diferenciados, los lenguajes propios desarrollados pueden ser nombrados y estructurados de manera inequívoca, así quedará registrada la idea, la metodología de trabajo y los resultados esperados.
Poniendo nombre a una metodología de trabajo propia se favorece una comunicación más eficiente del relato artístico para la movilidad. Un artista o grupo artístico con un proceso de trabajo al que se le pueda asociar un nombre o título, mejorará la credibilidad de su trabajo y su reputación subirá. Por ejemplo, TeatroLab Madrid trabaja de manera “única” en España con las técnicas de entrenamiento de actores “Viewpoints” y “Suzuki” desarrollados por Anne Bogart y Tadashi Suzuki en la Siti Company de New York. Carlos Garcia Estevez ha desarrollado en Manifesto Poetico la técnica “Spatial Dramaturgy”. Evidentemente estas técnicas tienen que estar perfectamente definidas en algún lugar del relato artístico ampliado (hoy en día su lugar es en una página concreta de la web del proyecto). No puede haber ninguna duda de que el nombre de una metodología de trabajo sea simplemente un nombre, vacío de contenido.
Otros proyectos culturales no directamente vinculados a la creación también deben nombrar y estructurar sus metodologías de trabajo. Sean proyectos de creación comunitaria, educativos, de apoyo a la creación, etc. deberán definir su manera de trabajar, en lo posible nombrarla y comunicarla como propia (o como adaptación de otras técnicas ya reconocidas), construida a partir de la experimentación y de la experiencia.
Podría parecer que nombrar y presentar una metodología de trabajo es una facultad sólo al alcance de proyectos ya muy experimentados. Los proyectos o artistas que empiezan pueden y deben también explicar sus herramientas, aptitudes y competencias, eso sí, registradas en un ámbito emergente. En las programaciones artísticas, residencias o colaboraciones se pone en valor –aunque desgraciadamente no siempre con la asiduidad debida- tanto los proyectos consolidados como los que apuntan nuevas formas innovadoras, todavía no totalmente contrastadas en la práctica ni avaladas por audiencias amplias. En realidad, lo importante es la coherencia en la definición de los procesos de trabajo y poder mostrar resultados acorde con la metodología propuesta.
Las declaraciones de “cómo lo hacemos” pueden ser muy diversas, tanto como lo es la diversidad de propuestas artísticas. Por ejemplo, la compañía vasca Kukai Danza apuesta por el factor identitario en sus creaciones: “Kukai crea espectáculos contemporáneos a partir de la danza tradicional vasca, realizando creaciones propias y colaboraciones con prestigiosos coreógrafos" (Kukai Dantza). El espacio de residencias artísticas Nau Ivanow de Barcelona define en su relato la no interferencia con el artista: “Como espacio de residencias de artes escénicas facilitamos a las compañías los recursos necesarios para que puedan crear en libertad, sin que tengan que encajar en una línea artística concreta” (Nau Ivanow). El proyecto Chapitô de Lisboa concede valor a su experiencia: “Detentor de um know-how único no campo da acção sócio-educativa (integração social de jovens através das artes circenses) e da formação….." (Projecto Chapitô). Por último, la compañía belga Peeping Tom incide de lleno en su propio lenguaje artístico: “Peeping Tom’s hallmark is a hyperrealistic aesthetic anchored to a concrete set: a garden, a living room, two trailer homes or a burned theatre”. (Peeping Tom).
Seguirá esta serie respondiendo a la pregunta “Qué ofrecemos”. Este será probablemente el punto fuerte del relato, en donde, después de las definiciones, habrá que pasar a la propuesta concreta de la organización artística. Pero esto será en la próxima entrega de “construir el relato artístico para la movilidad”.
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